Todos cargamos un corazón en las espaldas… Aquel que ya fue,… y sin embargo, aún nos acompaña. Ése del cual, no podemos desprendernos, El que es, inolvidable, eterno… Colmado de imborrables momentos vividos… Y, quizás, tal vez, hasta fue clandestino. ¿Por qué debería de apartarlo? Si es aquel que me ha mantenido en el camino. Tras sus huellas, transito… Soy un penitente, en un eterno recorrido. No me interesa olvidar, en este caso. Al contrario, me aferro a sus recuerdos… Los que hacen palpitar mis arterias, Y generan, en mi espíritu, aleteos. Seguiré siendo un espectro peregrino, Y te arroparé muy dentro mío… Hasta nuestra última morada, allí, juntos… ¡Que nadie se atreva, jamás… a impedirlo!. Cecilia A. COCH Córdoba, Argentina. Derechos Reservados de Autor. Foto: Pinterest.es Adry Merchan
